Aquella mujer era la muerte
hecha de palabras – a lápiz –
de letras inventadas,
de blanco con una bruma en su mirada,
la nombro en mil hojas con mil caras
y a pesar de mis frecuentes charlas
el enigma perdura en su alma
¿cuántas veces la imagino?
¿cuántas veces me habla?
y hasta ahora: todas son falsas
viernes, 20 de enero de 2012
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