He comenzado a librar las batallas
que no me imaginaba,
a llenar los vacíos de aquellos recipientes,
a levantar mis estandartes
sin pedir permisos ni perdones,
a esgrimir la palabra
cuando la indignación es pertinente,
a hacer ejercicios de confianza
cuando amerita el desafío,
a sacarle la máscara al lenguaje
en aquellos ambiguos disimulos,
a ver lo visible e invisible
Sobre los núcleos de mi base
-a la sombra de los cuentos familiares-
blanqueo incompletas escrituras
con livianos equipajes
desde las raíces de mi historia;
relato nuevas aventuras
sujetando los hilos
de nuestra continua levedad
hablo con ese íntimo extranjero
con el otro espejo
que me ama y que me odia
jugando con mis flexibles garabatos
domingo, 12 de junio de 2011
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