Ese cuerpo que piensa, siente y observa
le ha revelado una alegre desmedida
un exceso que halaga su conciencia
algo exagerado que compensa impaciencias
y esta pleno en esa desmesura
jugando al límite de aquella impostura
le satisface ese ejercicio de imprudencia
ese placer de un fluir descomedido.
sábado, 14 de mayo de 2011
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