domingo, 11 de abril de 2010

“LA RAZÓN COMPLEJA”

“ creo en una razón mucho más compleja
que de alguna manera comprende todos
los mecanismos del pensamiento,
que no descarta la zonas instintivas,
afectivas e inconscientes”
Juan Pablo Renzi

Escribo sobre los cristales empañados
- en minúsculas y en borrador -
esmerilando las palabras en los bordes mudos,
arrojado a las blancas aguas insondables,
objetos invisibles
y aquellas perspectivas de luces y apagones,
¿de dónde vienen?
relámpagos fugaces de viejos soles
o este foco de atención que alumbra mi intelecto,
en los bocetos los textos flotan ondulantes
en la marea de los ánimos claroscuros,
en la superficie sus tramas
y en el fondo los fluidos profundos,
un horizonte de quimeras
en las nubes pasteles y curiosas de sus días,
los vientos empujan o detienen
acorde a los dioses que los representan,
arden ocres, ciertas ansias
en las primeras brazas del otoño,
hay hombres que hacen rectas con reglas en los campos
y otros - como yo -
andan por las curvas sinuosas de las naturales pasiones.

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“RAZÓN POÉTICA”

“La filosofía trazará de lo humano un esquema, promesa de
seguridad, como si dijera: ‘si te atienes a esto, si reduces
tu vida a este ser, claro, seguro, idéntico a sí mismo,
estarás a salvo; ninguna fuerza, ni siquiera la de los dioses, te podrá
arrebatar tu condición’. Pero el hombre prosigue su vida, su
historia. Porque , además de la llamada ‘naturaleza racional’,
conserva siempre algo de la primitiva mezcla sagrada, de la
participación misteriosa y primaria con la realidad toda; algo
del mundo del mito y de la fábula; tiene un sueño. Quiere ser y,
excepto los llamados filósofos, confía su ser, no a la realización
del claro esquema racional, sino a un oscuro e indefinible
anhelo; anhelo oscuro más fuerte que nada, que le hace
lanzarse sin ver porque teme no tener tiempo, o porque teme
despertar, si mira. Mientras que los filósofos desde siempre
lo llaman a la vigilia, el se obstina en su vida sonámbula, tan
parecida a la que llevó en la caverna maternal. Se siente en el
mundo, en medio de las cosas que son, como una larva que ha
de crecer y formarse. Y no puede detenerse a mirar.”
María Zambrano

Una noche de tormentas,
enrededor de una mesa,
dialogaban el filósofo y el poeta,
el banquete de aromáticos sabores
era una gran fiesta,
la plenitud de sus humanidades;
después de ecologizar sus saberes
degustaron extraños, ocultos e ignorados manjares,
y el horizonte fue más amplio
-curiosamente- desde aquel día,
dejaron de ladrar los perros
en las fronteras de sus mansiones,
no reflejaron lo real –cosa imposible-
no representaron nada,
el poeta dijo apenas:
-mi imaginación es una realidad irrefutable-,
el filósofo propuso vivir con cierta incertidumbre,
sin someterse a mediación dejaron para otra ocasión
los criterios de verdad, de expresión y de belleza,
no definir y suspender las sentencias
fueron las premisas en aquellas circunstancias
ya que las circunstancias también cambian,
y a la esperanza de una noche
le sucede el pesimismo de una mañana,
determinaron las coordenadas del altar de los sabios:
fijaron su posición en el abside del universo,
y la flor más bella en el asteroide B 612
al cuidado de un tal “Principito”,
hicieron bocetos de interrogantes perpetuos,
hablaron de objetos invisibles
y de aquellos tan cercanos : sus vasos y sus platos,
abrieron todas sus puertas:
despertaron de su pereza y entropía,
los ruidosos goznes de las ciencias,
sobre el mantel dejaron los hallazgos
-pertenencias de botelleros y cirujas-,
de los jardines llegaron a las ventanas:
el grillo, la araña y el pájaro,
por las rendijas de los umbrales:
lo absurdo, lo imposible, lo mágico,
la música, el ritmo, los colores,
una galaxia de emociones,
se reconocieron en otros personajes,
compartieron cuentos, novelas, objetos culturales,
intercambiaron sensibilidades, prejuicios,
historias brillantes y oscuros laberintos,
todos los tiempos coexistían en esos instantes,
deseaban ir a otros mundos
a la opacidad de la moléculas
y al ciber espacio,
plurales, diversos, sin prólogos ni epílogos
aceptaron el desafío de ser amigos
también en los días soleados de sus tiempos.

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