Yo no puedo resolver los problemas del mundo
ni siquiera algunos muy cercanos
hay pocas cosas que controlo
no puedo curar o atemperar un dolor físico psíquico o espiritual
esos que suelen irrumpir por las mañanas
los que aparecen sin
que nadie los llame
o aquellos de los sábados o los domingos a la madrugada
esos que ni siquiera se
alivian con palabras
o algún gesto que nos iguala
con ese derecho que tenemos a la ternura
o aquella compasión
de la empatía que nos llama
solo quiero que sepas
que en esas no domesticadas soledades
mi silencio te acompaña
a veces la escritura es el talismán de los quitapesares
cuando amaine el viento
te escribiré otra carta…
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