A
Belén y a la niñez de Sol y Santiago.
El chinchulín es un chan chón
el chan chán es una canción
el ron ron es un camión
y el tin tin es un ton tóm
A
Belén y a la niñez de Sol y Santiago.
El chinchulín es un chan chón
el chan chán es una canción
el ron ron es un camión
y el tin tin es un ton tóm
“Ante el dolor de los demás” (libro de Susan Sontag) uno
también se reconoce, como podemos ser empáticos si no nos acercamos al lugar de
los demás. Es difícil hablar del dolor y
más aún del sufrimiento, cuando uno escribe o habla sobre él, se reconoce
humano, vulnerable. Muchos huyen de esa pesadumbre como si nunca los fuera a
alcanzar, sin ellas no aprendemos. Ellas son parte de la vida, la literatura
abraza todo lo humano, todo lo contiene, no esquiva lo incómodo, lo bello, lo
triste, lo alegre, lo grato y lo ingrato.
A veces el roce de una tristeza ajena también nos invade
Visitamos la casa de alguien que había muerto hace más de
dos años, pandemia en el medio. Ahí estaban los vestidos en el ropero sin un
cuerpo que ponerse. Los libros -ladrillos olvidados- que nadie volvió a leerlos.
Los objetos de los viajes, siempre inertes, que han perdido
los recuerdos, los espejos oscuros que duermen su sueño, en el ambiente hay un
perfume de encierros. El reloj sin movimiento borra el pasado, aquellos
momentos.
A la noche, al principio sin saberlo, me invadió esa pena
extraña…
Identidad.
Uno busca algunos signos, recorre la mirada por los álbumes
de aquellas fotos, mira con una lupa la ropa, los gestos, la actitud corporal,
pregunta, indaga, busca señales en los sueños, afina sus percepciones, observa
otros ángulos, imagina a los otros, describe el contexto, y sabe previamente
que cualquier síntesis será una versión …
Lo atroz.
Cuando tomas conciencia de lo atroz, de la crueldad de las
guerras, holocaustos y matanzas, te invada un silencio y una oscuridad absoluta,
sientes una tristeza insoportable y no quieres ver más no quieres escuchar más,
pides una tregua, recuperar el aliento, lo inhumano es un abismo, ese agujero negro…
Lo mejor y lo bueno.
Cierta vez leí en un libro sobre la excelencia deportiva,
recuerdo que decía algo así: para llegar a la excelencia hay que buscar lo
mejor y no conformarse con lo bueno. Reflexionando sobre ello también me he
dado cuenta que ciertos axiomas pueden invertirse, por ejemplo, en las
relaciones humanas lo mejor es enemigo de lo bueno, querer lo mejor es a veces
quedarse sólo, porque no es cierto que
podemos compartirlo todo…
Calle recreativa.
Andando en mi bicicleta
“Mecanik” en modo Zen entre árboles con los tonos de los verdes otoñales, en el
boulevard Nicasio Oroño y más tarde por la costanera, el arco iris de lo humano coloreaba la mañana.
Se sentía la brisa, el “Quinteto del túnel”, los perfumes
diversos, y una sensación de libertad, fundido en un colectivo cercano, la “gente”
no era lejana y el yo se integraba.
la aparente contradicción de los sentidos
ese olvido que recuerda la dulce amargura de los mates de la tarde
esas voces
silenciosas en la historia de los cuerpos
esa sinfonía muda de Beethoven en su oda a la alegría
esa igualdad tan despareja del derecho
esa realidad en la ficción de una novela
esas convergencias
divergentes de nuestras singularidades
ese claroscuro en sus
luminosas sombras…
De quienes habrán sido aquellos zapatos a orillas del Danubio
de quienes aquellas viejas valijas abandonadas en Teresín
de quienes aquellos libros en la hoguera en una noche de
Berlín
de quienes las cenizas de tantos olvidos aquellas incontables ausencias del mundo
de quienes esos nombres que faltan anotarse en el árbol de
la vida
de quienes aquellas casas abandonadas en toda Ucrania -ahora
mismo-
pasado presente y futuro este oeste norte y sur
en todos los tiempos y en todos los lugares desde la A
hasta la Z
ignorados en los libros que faltan escribirse
la crueldad se repite
A veces hay que recortar los paisajes del mundo
elegir un objeto agradable y placentero
un árbol florecido de amarillo y un pedazo libre de cielo
el sol enorme de un atardecer y las formas difusas de las
nubes
cambiar la mirada desde la calle o desde nuestra ventana
simplificar el horizonte, alejar o acercar una distancia
alguna vez hacer nuestro propio cuadro
Todos tenemos creencias, los religiosos, los agnósticos, los ateos… de qué tipo de creencias hablamos es otra cuestión.
La ética en algunos lugares abarca algunos territorios con límites
difusos, dicho de otra manera a veces es un mapa con fronteras poco claras y
algunas líneas imprecisas.
Tan desnuda como la página en blanco está mi mente y mi
cuerpo frente a una nueva escritura.