jueves, 29 de agosto de 2019

Fenomenología.



Creo que no sé porque la amo, cosa que me libera de complejos y arriesgados razonamientos, solo me basta con sentirlo, algunas preguntas se cristalizan en el tiempo y sus  respuestas  gozan de un silencio perpetuo.

Tampoco he tenido en este aspecto ningún manual de instrucciones, todo lo que nos pasaba y nos pasa no figura  en la bibliografía, lo más cercano digno de entender esta en ese juego de ficción y realidad  tan propio de la literatura.

Otra gran ventaja es que nuestras pertenencias inmateriales –oxímoron perfecto- no están sujetas o sujetadas a mediciones o controles de sofisticados instrumentos.

Las vida con sus variadas y múltiples circunstancias siempre ofrecen la exploración y búsqueda de alternativas tan necesarias en todo proceso para generar nuevos  inventos y proyectos.

Lo cierto es que algunos se extrañan y otros se alegran de que vayamos por las calles tomados de la mano, nos ven envejecer juntos – que no es poco y agradezco- que tratemos de que la cosa funcione, de que podamos  dar cuenta de las arrugas de nuestras historias sin tratar que el otro cambie, charlando mucho y perdonando   nuestros sordos momentos.

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