En el paradigma del
deporte espectáculo cuando los malabaristas bien remunerados juegan con
brillantez, nos aturden con los comentarios
sobre “héroes y conquistas” como
sí la metáfora del deporte fuera la guerra.
Cuando las acrobacias
fallan, nos aturden también conocidos y desconocidos especialistas en derrotas.
Todos comentan hasta el hartazgo. Mientras tanto los negocios no descansan.
Pensemos en otra cosa,
reflexionemos un poco, necesitamos una pizca de silencio inteligente.
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