A Belén, Sol y Santiago.
Lo bueno se aprende solo/a
y lo mejor con otros/as y de otros/as.
En el crisol
de sus edades
suspendido
en la levedad de los momentos
en el mar
ingrávido de los dulces instantes
-aquí y
ahora- en el presente sabio que dan los años
disfruto el tránsito de todos sus viajes
aquellas
eternas primaveras de asombros y
aventuras
triciclos
con alas, bicicletas interplanetarias
y esos
coches que andan por el agua,
jugando, compartiendo, amo ese tiempo con ellos
cada uno me
enseñan los mejores verbos…
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