viernes, 17 de marzo de 2017

Aquellos dolores de mi madre.



a veces se mezclaba lo manso y lo rebelde
virtudes o defectos según las circunstancias

aquellas violencias en el cuerpo nos dejaba sus marcas
nadie sale ileso de los golpes en el alma – las historias están grabadas-

yo la miraba con un dolor distinto al que portaba
ella sumisa , estoica, el destino soportaba

hay una quietud que también se paga
un pasivo sufrimiento la acompañaba

la docilidad del silencio su  falsa calma
la tristeza resignada -esa obediente esclava-

en la doméstica casa recuerdo escenas
el teatro repetido de la vida cotidiana

ella a veces me mostró su negra página
y yo le di el blanco papel de mis lágrimas



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