domingo, 19 de febrero de 2017

La súbita lágrima.



Sé de alguien
que le ha tocado jugar
algunas cartas
que no  ha querido

ese azar
que nadie entiende
sortea los destinos
apaga jóvenes troncos encendidos

de aquellos desconocidos laberintos
un fuerte viento de cenizas
transita sus calles amarillas
y nos golpea las mejillas

la tinta llora
su negra lágrima
escribe y lee

la página blanca

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