Un cartel en la vidriera de una librería
advierte “Es difícil salir ileso de una lectura”.
Uno es también lo que lee
lo que escribe y lo que come,
uno es también sus relaciones,
algo nos queda por dentro
una seña, una marca, un mojón
un símbolo, un caligrama, una estela
alguna forma que ha modelado la cabeza
un perfume, un silencio, una canción
algo resuena en ese eco de palabras
“el banquete de Platón”
“el Festín de Babbete”
“ la sal de la vida”
“un viaje de diez metros”
la cocina de los afectos
el alimento que nutre el corazón
se mama el amor a grandes sorbos
sabores de aquellas emociones
la conciencia re-escribe y altera los renglones
el cuerpo encuentra
palabras indecibles
la idea, el sueño y el amor
comparto aquellos paladares
la argamasa de sabrosas reflexiones
conversaciones entre libros y sartenes
las charlas con alquimias y sazones
-la biblioteca estaba cerca de la cocina
los papeles se impregnaban de sus olores-
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