Escribo:
porque me hace bien
porque es un estímulo para la reflexión
porque me leo
porque no podría vivir si no lo hago
porque me “piace”
porque creo ser mejor cuando escribo
porque juego y pongo el cuerpo
porque es dónde mejor me defino
porque muevo mis manos y mi cerebro
porque me ayuda a pensar
porque a veces me sana
porque me acompaña cuando estoy bien o mal
porque de este refugio -a veces- me fortalezco
porque puedo entenderte y entenderme
porque tengo el respaldo de tu espejo
porque puedo poner un espacio
entre mi deseo y el movimiento
Escribo
para entender tu tristeza más remota
para desnudar mi insomnio
para alumbrar mis sombras
para degustar lo que amo
para hacer desde aquí una estrategia
para pintar otro horizonte
para aprender, enseñar y cambiar pequeñas cosas
para transformar un grano de este mundo
para alentar la esperanza
para dejar la estela de un viaje
para encenderme y encender algunos fuegos
para ser riguroso en este arte
para decidir mis cosas esenciales
para sembrar y sembrarme
para soportar aquellos montos de ansiedades
para creer que resuelvo algo
para no olvidarme de la aventura de mi
infancia