Me he vaciado de letras,
los diarios viejos –conjeturas de un ayer-
amarillos y olvidados alimentan la hoguera
-la leña de los asados-
libre de nombres
escojo el silencio
con una distante extrañeza
le busco palabras
en el oscuro de
mis emociones,
la barba me crece blanca,
el lápiz duerme el sueño
de su descanso,
miro la trama y su urdimbre
muchas cosas me quedan por hacer
con los hilos que dispongo.
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