domingo, 30 de marzo de 2014

Los barrios del cerebro derecho.



Por aquellas  calles poco transitadas
esas solitarias que tienen el orgullo de pertenecer a una minoría olvidada,
el viajero  advierte en las noches de luna
las luces que mueren o nacen  en las ventanas de sus casas,
no está prohibido hacer por ellas una caminata calma,
tal vez por el aire más puro
o por la ausencia de ferias innecesarias
o por algo que absorbe las estridencias
las percepciones son más claras,
en las veredas hay un remanso que desacelera la marcha
y rodea amorosamente los laberintos del alma,
se invita a exagerar las dimensiones
a jugar con el propio ritmo
a sentir los perfumes naturales
a mover el cuerpo a nuestro modo,
-allí y ahora- el mundo no está en guerra
“la ambición descansa”
y en los bordes de las ochavas vive también
lo que  no se mide, lo que no cuesta nada
cosas inapropiables, inusuales  en cantidades industriales,
en el refugio fugaz de una chispa eléctrica
algo arde, calienta, despierta,
todas las preguntas son interrogantes interesantes
que escapan del guión de las  respuestas ya elaboradas ,
las hormigas están de paro
las bicicletas tienen alas
los bichitos de luz nos acompañan
hay un circo de colores a tres cuadras,
...de pronto una lluvia de ideas
nos moja las entrañas,
el paisaje no se repite
son obras que la mente instala, arma,
se puede ensayar de todo
con los deshechos de la mañana,
se pueden hacer payasadas
se puede pintar en las fuentes de la plaza
nubes sobre las aguas,
cielos con barcos en las hamacas,
toboganes con turistas sin mapas,
yo necesito esas calles
asombrarme, extrañarme, curarme con palabras

hacer esos ejercicios de coraje, disfrutar del eterno aprendizaje

sábado, 22 de marzo de 2014

La caja negra. (*)



El insomnio
da vueltas
sobre la almohada

describe
conocidos momentos
la misma encrucijada

adentro es como afuera
en su interior
deambulan  interrogantes

en su cámara oscura
hay ausencia de luz
las imágenes está veladas

de tanto en tanto
se abre una ventana
que ciega enfrentarla

no se diferencian
los matices
las escalas

desde el otro lado – de afuera-
la caja es negra
pero adentro no se ve nada

ocultas y ciegas
las razones
de la ignorancia

de noche
un insecto se despierta
y escarba y escarba…

parásito insistente
una noria
sin agua

(*) Tomado del campo de la Psicología Sistémica

sábado, 8 de marzo de 2014

Psicología de la vida cotidiana.



Cuando no entiendo al mundo
amontono  libros
cerca de mi almohada,
quiero buscar en las letras
alguna calma,
más el efecto dura
una noche o una mañana,
después otra angustia
me acompaña,
después escribo:
ansiosa mi lapicera
nunca se cansa.




viernes, 7 de marzo de 2014

Soledad existencial (segundo borrador).


                                               “…cierra los ojos y sueña
                                               que puedes estar conmigo…”
                                               Fragmento de la canción “Estamos todos                                                            solos”
                                               Rita Coolidge

La palabra que pienso
se pierde en el silencio
y un eco indecible la acompaña.

Desde el atalaya de mi ánimo
con espejos de mi infancia
hago señales en tu espalda.

Mis barriletes, mis barquitos
mis aviones, mis bollitos de papel
las marcas en los árboles a ti llaman,

también las fogatas de mis fríos,
los sonidos de mi trompeta inventada,
los poemas incompletos de mis pasiones claras


Mi cuerpo sale de sí  cuando te ama
por eso golpeo con mi lluvia
tu ventana,

mis manos son puentes precarios
de estas cartas
que te nombran.



lunes, 3 de marzo de 2014

El centro.



No quiero perder las referencias
de los espacios y los tiempos,
aquellas escasas luminarias
-bichitos de  luz-
por dónde anda
mi barquito de papel,
precarias linternas
que uso cuando la luna
esta en sus menguantes,
les pongo cencerros a mis pasos
para que los  hilos invisibles
me digan cuando me aparto de mi centro,
con los tobillos enredados
vuelvo a mis orillas
en los días nublados.



sábado, 1 de marzo de 2014

Sobre volar.



elevarnos  -algunas veces-
por encima de los árboles,
nos permite ver
los fragmentos
de aquellas inmensidades,
recuperar el brillo
del primer sueño,
la cómplice sonrisa
de otro lenguaje,
la distancia entre
lo que soy
y lo que puedo ser,
después del viaje
algo cambia en nuestras caras,
otro horizonte
otro viaje
otro color

en nuestros ojos calmos