domingo, 6 de noviembre de 2022

Reflexiones de un domingo.

 


A nieta Sol y a mi nieto Santiago por las nobles carreras que eligieron: la Sociología y la Ingeniería Mecánica.

 

Andaba en mi bicicleta “Mecanik” por el Boulevard Nicasio Oroño, en mi acostumbrado modo Zen del día  domingo, a la altura del ICR algunos árboles mostraban su poblada  cabellera de distintos verdes, el sol cercano al mediodía en plena primavera acentuaban los colores, los brillos de sus copas en aquellos reflejos extraños.

 

Ya en el parque de la Independencia, cercano al rosedal otras flores llamaron mi atención. Me detuve, saqué mi teléfono e intenté hacer una “selfie”, uno, dos, tres disparos pero ninguna me gustó, además quería también salir montado en mi bicicleta.

Segundos después le pedí a un joven si podía sacarme una foto  con mi cámara y así lo hizo con mucha más eficiencia que yo. Pensé –Hasta para una fotografía necesitamos de los otros-  una “selfie” reducen a las personas y a los objetos, recortan la figura, limitan el encuadre, reducen el contexto. A veces lo  individual nos limita mientras que lo social nos amplia. Necesitamos de los otros, ellos confirman, rechazan, interpelan, o complementan nuestro autoconocimiento, generalmente es el otro el que ve  nuestros puntos ciegos.

Estas reflexiones las hacía frente a la foto en cuestión, mirando la bicicleta pensé: la máquina no es sólo ese engranaje de eficacias y eficiencias, es también la idea, la energía, la cultura y el deseo de nuestra humanidad.


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