miércoles, 28 de octubre de 2015

Cuando tengo los fósforos mojados.



No sé si es la tristeza
o los  caprichosos de mis  deseos,
el invisible oráculo de los papeles blancos,
tal vez esa  llovizna de tinta
-el llanto  de los  silencios-
la inquietud que tengo cuando duerme el viento,
por eso vuelvo a los signos
a  los tiempos de la espera,
a la  palabra germinada
en el dolor de los desiertos,
es importante ser constante
hasta que  el ánimo aclare
o se haga luz el sueño



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