La mañana disipaba aquella oscuridad
incomodaba a los profundos silencios
mientras que el sueño se transformaba
en un despierto deseo
en ese instante singular
sentí que me incluía
en los plurales.
La mañana disipaba aquella oscuridad
incomodaba a los profundos silencios
mientras que el sueño se transformaba
en un despierto deseo
en ese instante singular
sentí que me incluía
en los plurales.
.Facultad
de hablar.
.Representación
gráfica de la palabra hablada. RAE
1.
Aquello
que nos humaniza y diferencia.
2.
El
puente que nos une
3.
El
remanso del río, el descanso en el camino.
4.
El
refugio de nuestras inclemencias.
5.
La
argamasa que construye conceptos, ideas
y emociones.
6.
Los
andamios de la confianza.
7.
Lo
que aglutina nuestros vínculos.
8.
Lo
que sana.
9.
Aquello
que nos define.
10. El eslabón de la convivencia.
11. Los hallazgos y placeres de las
tertulias.
12. La trama que teje nuestras
relaciones.
…
Los antónimos:
La lucha, la guerra, la grieta, el insulto, la
violencia, lo que enferma…
“Yo
no tengo una personalidad; soy un cocktail, un conglomerado,
una
manifestación de personalidades.
En
mí, la personalidad es una especie de forunculosis anímica en estado
crónico
de erupción…” Oliverio Girondo
(Espantapájaros).
“Los escritores tienen la capacidad
de ir hacia los roperos como en –Las historias
de Narnia- Graciela R.
No tiene nombre y aún no sé cómo llamarlo, nació después de
mi nacimiento, tal vez en mi niñez, no voy a conjeturar, el origen siempre es
un misterio.
Convive conmigo aunque en otra dimensión del espacio, lo
extraño es que es sincrónico con mi tiempo y mis circunstancias.
No siempre tengo conciencia de su presencia, sé que habita en
mí y a veces tiene la capacidad de transmutarse, salir de mi propio cuerpo
físico y mirarme con otros ojos a una cierta distancia.
Tiene una vida independiente, es más valiente y empoderado
que yo, tal vez más analítico y crítico, es además invisible, abstracto e inmaterial.
Es una sombra que me cuida, un perro que ladra en el sótano,
un sueño que me advierte o devela una pregunta, la memoria de otro –yo mismo-
algo más joven, un faro o una hoguera en una noche de niebla, un lector voraz,
un escribiente que me dicta versos mientras duermo, un girasol que mira el alba,
el techo de un refugio, esa lluvia fina, un hombre que lleva vivos y muertos en
su cerebro, alguien que aún ama desea
que sufre y se alegra, el viento en un día de barriletes, una palabra mágica
que abre los candados oxidados…
¿Estaba en su naturaleza o era producto de sus circunstancias? Desde una mirada existencial estoy predispuesto a pensar más sobre la primera que sobre la segunda posibilidad.
Hablaban el mismo lenguaje los unos y los otros, pero ninguno
de ellos se entendían, como si existiera en ambos una incapacidad de
decodificar las palabras, de poder dialogar y acordar una civilizada convivencia.
Había en aquel mundo de ficción dos cegueras, una blanca y
una negra, ambas eran cegueras.
Al alcance de mi mano sobre la mesita de luz estoica espera
una libreta de hojas blancas, el lápiz como un vigía explora el paisaje, ambos
esperan en silencio mi palabra.
Desconfía del poder, es muy propenso a la mentira y a la
manipulación. La historia se adapta a sus mandatos, sus estadísticas justifican
el ajuste perpetuo, la justicia coquetea con los influyentes de turno y tuerce
su balanza según las conveniencias…
A
los 4 mejores.
A
Nano.
Los peones salían presurosos de sus casas en la apertura de
la jornada, al comienzo corrían con grandes zancadas, después caminaban; los
más tardíos “comían al paso” 2-3 medias
lunas, café negro o un mate.
Cuatro caballos saltaban obstáculos, aquellas torres,
aparentemente inmóviles miraban el
horizonte desde su atalaya. Algunos se desplazaban raudamente por las
calles diagonales.
Los hombres y mujeres de poder pergeñaban sus estrategias, el
intercambio, las jugadas.
Al final de la tarde pocos transeúntes quedaban en la
cuadrícula de sus calles, a un cementerio cercano se mezclaban los negros y los
blancos…
Las blancas abandonaron…
La palabra ego significa YO en latín. En el
psicoanálisis de Freud es la “instancia psíquica que se
reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la moralidad y media
entre los instintos del ello, los ideales del superego y la realidad del mundo exterior” (RAE).12 ene 2021
“El yo no es dueño de su propia casa” Sigmund Freud.
El ego es una persona jodida y a la vez encantadora, una construcción
con distintos materiales y argamasas, obra con elementos objetivos y subjetivos
donde conviven ficción y realidad en una misma entidad. Cargada de identidades,
mandatos, culturas y experiencias; nombres que el mundo y los antepasados
inscribieron en la piel, símbolos invisibles tatuados en la dermis, y aquel
mapa familiar con los valores y disvalores de su historia…
El ego puede empoderarse hasta exagerar su fuerza o empobrecerse con las
mayores debilidades. Muy necesitado de algunas capacidades y aptitudes, entre
ellas: su falta de equilibrio y balances, la ausencia de interlocutores
válidos, la carencia de flexibilidad, la mesura en conjeturar y la incapacidad
de análisis, reflexión y crítica.
Esta instancia psíquica debería mirarse en el espejo pero como es muy
narcisista olvida sus defectos. Ahonda en monólogos para autopreservarse , no
escucha a otras y otros, y cuando escribe lo hace siempre en primera persona.
Es curioso lo que hacen algunos egos de convocar a informales reuniones
sociales para autoreferenciarse , dar a publicidad sus logros , a cultivar el
patético culto a la personalidad.
El citado personaje carece de humildad, por ello, no tiene necesidad de
cuestionarse, interpelarse o reaprender.
Cuando dos egos entran en conflicto las discusiones se transforman en un
campo de batalla, se lucha por un poder inexistente, a veces el combate es
perpetuo y el resultado final es que ambos pierden.
Para mejorar nuestra psiquis y nuestras relaciones el ego necesita otro yo
con quién hablar, alguien con quien pueda intercambiar sus narrativas dejando
de mirarnos el ombligo.
¿Y si lo que nos enseñaron en el colegio eran saberes
equivocados, si aquellas salas eran artificiales, una matrix de irrealidades?
¿Será necesario aprender y desaprender a juzgar por el
envejecimiento del conocimiento?
Observe como cambia el concepto si a alguna palabra en
singular la transforma en plural:
Verdad: verdades
Familia: familias
…
Cuando aceptas la espera se disfuma la impaciencia.