…”Alguien
dijo que el olvido está lleno de memoria.”
Mario
Benedetti.
Entre las complejas implicancias
del vivir se encuentran la memoria y el olvido. Dos imposibilidades aparecen en
primera instancia, recordar todo al estilo de “Funes el memorioso” u olvidar
todo, entre otras cuestiones cuando te pegaron en una y en otra mejilla (ver
Freud en la incongruencia de dar la otra mejilla). Resumiendo, de existir,
tales extremos resultarían muy peligrosos para nuestra salud mental.
Tampoco creo que a nivel
individual la memoria y el olvido respondan a una cuestión relacionada con la
voluntad, como tampoco hablar de esta
como buena o mala.
Tal vez la memoria y el olvido se
relacionen con los laberintos de nuestro
cerebro y con nuestra insondable subjetividad. Vanos serán los intentos de
recordar u olvidar según nos convenga,
de suerte tal que pastillas para el recuerdo o el olvido, si alguna vez
se alcanzara a descubrir, no nos servirían para nuestra ataraxia, ya que sería
muy difícil determinar que recuerdo mantener y que recuerdo olvidar.
Nos queda pues disfrutar de los
recuerdos dulces, asumir los amargos y desentrañar algunos olvidos que de forma
invisible nos siguen molestando, a sabiendas que la memoria tiene algunos
vacíos.