Estoy convencido que
existe una especie de circularidad de las emociones, aquellas importantes en
las que uno las vive y de alguna manera también las re-vive.
Los alegres despertares de tus nietos fueron antes aquellos despertares de tus hijos, de
suerte tal que, la vida y sus procesos te permiten esos exclusivos disfrutes.
Antes de amar fuiste
amado, antes de dar te colmaron, hoy entiendes más que ayer, incluso creo que
nuestros personales sueños de hoy, otrora, fueron espacios y tiempos de un entorno creado por
afectos que nos permitieron soñar.
Ayer fui alumno como también lo soy hoy, y esa vieja emoción de
aprender, quizás enriquecida, la siento aquí y ahora desde el lugar de profesor.
Todas y todos nos han ayudado a ser lo que somos, más
pacientes, más amorosos, más sensibles, más empáticos…
No te olvides de tu niñez,
retorna con ojos grandes a aquellos cumpleaños…disfruta en el presente del
espejo de los años…hija, hijo, madre, padre,
abuela, abuelo…ese espiral interminable…