jueves, 14 de marzo de 2024

La gota.

 


 

                        EL “don de la escucha”. Byung-Clul Han.

Hace tiempo que cae de esa canilla una gota de agua casi imperceptible.

Medita en la pausa y labora en su caída.

Puede ser tiempo, música, diástole y sístole, la corporificación  de  la acción y el complemento de su meditación.

Su ritmo no tiene matices, la gota persevera cual máquina, orada la piedra, en su hacer cotidiano olvida lo que es, si ella estuviera sola nadie le diría que es pura.

El silencio le ayuda a sentir sus cansancios, en el no-hacer se agudizan los sentidos, allí se da cuenta que es fresca, que es clara, que sin ella nada crecería.

Hay muchos que cuentan sus horas, los litros que acumula, el peso, su tamaño, la velocidad de sus repeticiones, los barriles que produce por día.

Lo visible es lo cuantitativo, lo visible lo  cualitativo. El primero demuestra, el segundo argumenta y analiza, uno exagera la mirada, el otro lo que escucha.

En su vigilia mantiene aquellos persistentes automatismos, en sus sueños juega a ser lago, río, el pozo calmo de un viajero sediento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario