martes, 28 de septiembre de 2021

Sobre-escrituras


El escritor se esconde detrás de un narrador

el narrador se pone en la piel del protagonista

o mira los hechos con la distancia de un testigo

mientras el personaje desnuda lo oculto

o miente descaradamente

y en el ínterin  el texto -aquella historia-

entreteje lo real y lo imaginario

sábado, 25 de septiembre de 2021

Desnudos.

 Sin un mapa que me oriente

desprovista de ropa esta mi hoja

¿acaso es la piel de mí escritura?

 

Y en aquellos desnudos

la pluma el pincel

la foto o la escultura

 

el desnudo de la palabra

es otra mirada

una imagen inventada

 

¿desnudarse es posar?

¿ quién será el escritor

el narrador y el personaje?

 

¿cuán sincera es mi desnudez? …

martes, 21 de septiembre de 2021

Aprender.

 Aprender

es un acto de liberación

no es repetir

no es obedecer

 

Aprender

es crear y sorprenderse

es alcanzar la voz propia

es reflexionar sobre el propio aprendizaje

 

Aprender

es todo el camino

desde el error

hasta el meta-aprendizaje

 

Aprender

es perpetuo

porque perpetuo

es el deseo y el eros

sábado, 18 de septiembre de 2021

Volver a los encuentros.

 


Después de varias cuarentenas, de las ciclotimias de la pandemia, hemos vuelto a los encuentros, a los materiales y a los humanos.

En el plano de los encuentros humanos el médico vuelve a ver a sus pacientes y viceversa, el artista se re-une con su público y el público recupera el  íntimo espacio de un espectáculo, lo propio hacen los docentes y los alumnos. Más allá de los roles, funciones y misiones  las relaciones interpersonales vuelven a ser naturales, ese maravilloso contacto del yo y el otro nos devuelven aquella humanidad.

Recuperar la agenda de la cotidianeidad donde los días y las semanas retoman sus ciclos, dónde  la palabra disfruta de su libertad, la poesía camina con lo prosaico, la música vuela como un pájaro, el sol y la piel se encuentran, donde vuelve , quizás por un rato,  aquel  espacio tiempo que habíamos  extraviado.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Una práctica cargada de teoría, diálogo y reflexión.

 


 

“Todos sabemos algo. Todos ignoramos algo. Por eso aprendemos siempre”

Paulo Freire

 

                              Laboratorio didáctico.  Sport Club Cañadense.      14/9/21.

 

En las relaciones pedagógicas existen encuentros mágicos. Después de casi un año y medio de las limitaciones que nos ha impuesto la pandemia docentes-alumnos y alumnos-docentes nos hemos vuelto a encontrar. Crear ese espacio-tiempo donde se articula la acción, el pensamiento, el sentir y la palabra nos reencuentra con el eros, esa mezcla de deseo, placer y amor en el arte-ciencia de aprender y enseñar.

 

Por ello, por lo que acontece necesitamos escribir, ponerlo en palabras, leer y releer la misión elegida. De esos momentos uno necesita dejar una seña en el papel, un mojón, una foto congelada del instante que eterniza un gesto, un estar siendo, la construcción de un andamio que nos permite mirar más alto, más lejos y más ancho sin dejar de ver desde dónde hemos partido. Porque no se puede olvidar lo que nos forma, porque no hay que dejar que el viento se lleve el recuerdo del encuentro vivido.

 

Uno quiere llevar consigo -porque también nos forma- las historias de los otros, llevarnos esos retazos o fragmentos de vida cuando el recreo nos iguala, cuando juntos sabemos crear esa empatía.

 

Es ahí que descubrimos que todos somos enseñantes ¿acaso la vida del alumno nos es también una formación que lleva encima? Cuando la palabra circula, cuando está cerca de nuestros oídos, cuando dejamos que el otro nos diga, cuando “una reflexión entre iguales” (Ira Shor) nos inspira. ¡Volver a encontrarnos nos  enciende aquellas  brasas, los pequeños y grandes fuegos, nos calienta, nos aviva!

viernes, 10 de septiembre de 2021

La puerta entornada.

 


La puerta estaba entornada, parecía que esa pequeña abertura facilitaba el acceso, que era solo cuestión de empujar suavemente la puerta y entrar sin tantos preámbulos. Más no era tan sencillo el  acceso a esa construcción habitada.

 

Uno no sabía cuándo era el momento apropiado, calculaba los horarios, las costumbres habituales, los recreos, los fines de semana y los feriados pero a ciencia cierta  no se podía advertir  si las circunstancias o el tiempo eran los adecuados.

 

Los límites estaban marcados por una línea invisible, no había cerrojos ni candados, más  esa limitación nos dejaba un cierto gusto de amargura, el habla, ese encuentro humano,  esperaba  en el umbral de su casa.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

¿Tú me conoces? (Algoritmos).


Soy sacramentalmente católico aunque mis convicciones actuales me definen como una persona agnóstica. Mi familia elegida es judía, tengo amigos cercanos que son protestantes de la corriente metodista y bautista, completan el abanico religioso ateos y cristianos (algunos no contestan).

 

Por lo antes expresado me considero un hombre de relaciones ecuménicas. No sé qué algoritmo usará Facebook para averiguar mis creencias; tal vez me ignore, o me recuerde que es Rosh Hashaná, o me envíe una tarjeta de navidad.

viernes, 3 de septiembre de 2021

Homo Ludens.


El reloj estaba situado en el ala oeste del gran recinto, marcaba las 3. 13 horas de la tarde, el segundero inmóvil en el número 10, ya hacía varios meses que el tiempo era una escultura congelada, imposible de  corroborar  con  las fotos que se cuentan de tales eventos  porque aquellos documentos siempre estaban  cristalizados. En realidad (si es que el tiempo es una realidad) eran las  5 en punto de la tarde.

 

Las luces de los estadios  iluminaban los dos campos de juego. Desde arriba se veían dos cuadrados perfectos. Los ejércitos todavía sin movimientos esperaban el encuentro sin aún haber  entrado en calor.

 

Una vez comenzada la contienda un silencio de biblioteca invadía los estadios mientras los deportistas estaban absortos en el juego.

 

Los cuatro hombres – también podrían ser mujeres- jugaban a la guerra sin disparos, sin golpes y sin muertos, la batalla era simbólica, solo pensaban y sentían la adrenalina en el cuerpo. La incertidumbre era tolerable, el reto  un presente perpetuo, las decisiones se tomaban momento a momento, tanta era la fruición y el entusiasmo que los hombres se olvidaban de sí mismos, todo era juego, vivir en el juego.