sábado, 10 de octubre de 2020

¿Cuándo es cuándo?

 


                              “El tiempo serpentea.” Imelda Ferrero.

 

Es aconsejable centrarse en el presente, aunque a veces el tiempo, lentifica los instantes y hace rodeos por tu mente en ese  insomnio adormilado, circunvala aquellas avenidas de luces apagadas y alumbra al fin, por aquella persistencia, los caminos transitados, como si tomara agua en un descanso, en un pasaje calmo que todavía mantiene su empedrado, tal vez de tonos color sepia o de una carbonilla con negros y blancos.

Recuerda en un otrora,  el efecto de sentido de algunas esculturas hechas por gusto y osadía, la libertad de los candados, el preciso instante en que aquella marioneta se emancipó de sus amarras en su propio teatro –personaje principal del escenario. Tal vez aquellos libros  esculpidos en madera de –hombres sospechosos- inspirados libertarios…

Cuando el tiempo camina por sus laberintos y esa mujer u hombre de hoy se mira en el espejo cuando era otra/o. Más el río pronto retoma su cauce, aquí y ahora se orienta hacia adelante, corrige esa pereza imperceptible  del destiempo, y todo vuelve a quedar en el presente, aun lo que ha pasado.

Librado al riesgo y la aventura,  al fin uno juega como un niño a estar siendo, a la andanza  de vivir solo viviendo, barquito de papel que rodea los remansos,  confiando su por-venir a la corriente o al  viento suave que lo alcanza de atrás o del costado.

 Mientras todo ello acontecía,  el escribiente  barruntaba que el futuro es una hoja en blanco y  que el tiempo es un caminante eterno  amante de la danza y de su péndulo con su tic tac  constante…

 

 

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