martes, 25 de agosto de 2020

Tiempo(S).

 


Aclaro que mi  orientación temporal apunta hacia el presente, objetivo que no siempre logro.

Adhiero al presente, al aquí y al ahora como una realidad meridiana, pasado y futuro son dos ficciones, la primera sometida a la historia, no me refiero a las sociales dignas de mejores comprobaciones, sino a las personales, a las cuestiones  objetivas de los hechos y a las subjetividades de sus versiones e interpretaciones, mientras que la segunda es totalmente conjetural.

Pero el asunto de las temporalidades no se entiende desde una concepción lineal  si no se miran como un sistema de delicados equilibrios, una balanza que juega en nuestras vidas si es que tenemos la suerte y la fortuna de  vivir algunos años; sin pasado no hay recuerdo ni aprendizajes, sin presente no hay vida, sin futuro no hay proyecto, y en esta raras circunstancias nos damos cuenta que el presente no puede ser eterno.

A veces imagino que el pasado el presente y el futuro se reúnen de tanto en tanto para tomar un café, por supuesto con barbijo y respetando sus distancias.

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