miércoles, 10 de julio de 2019


Des-orden.

De tanto en tanto hacemos algunas pequeñas mudanzas en nuestro departamento, algún mueble que encuentra  otro espacio, el remplazo de un espejo que ha perdido sus brillos, una planta que necesita más el sol, una foto que se ha cansado de mirarnos, y entre otras cosas,  algunos libros apiñados en el escritorio, en las mesitas de luz, en alguna caja o en los estantes.

No sé a ciencia cierta si la biblioteca se ordena o se des-ordena con tantos traslados, a simple vista los libros están alineados como soldados en sus espacios reservados, la mayoría en posición vertical y unos pocos horizontales.

Es extraño que la biblioteca guarde para sí ese silencio inteligente de los lugares sabios y sagrados aunque las posiciones de sus autores sean  en varios casos tan dispares.

Revisando las cercanías y vecindades Nietzsche y Platón estaban junto a Kawabata y Saramago, los temas también se mezclaban “La sexualidad femenina” y el “Tao te King”, “La rebelión de las masas y “Historia de una biblioteca” “La nueva psicología del amor” con Tomás Moro y Maquiavelo, “La inteligencia emocional” y el “Mundo de Sofia" , Bateson y Freud con Sabato, Borges, Arlt y Bioy Casares, entre otros.

Me temo que de ese universo surja otro Big Bang, pero estoy predispuesto a sentir y a pensar que el caos se ordena y el orden solo es una quimera.

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