domingo, 30 de julio de 2017

¿Cuándo pensar no es bueno?


Estoy predispuesto a pensar que pensar es muy bueno en la mayoría de los casos, sólo hay  escasos momentos en que creo que no es recomendable, entre ellos:
Cuando se está cansado.
Tampoco cuando un interrogante se transforma en parásito y resulta perpetuo.
Cuando el tema es pueril y no supone ningún desafío con la excepción de que tal medida se tome con el propósito de descansar.
Cuando los teoremas o laberintos intelectuales no nos llevan a ningún lado.

Cuando el pensar no surge del sentir, de alguna sensación corporal, de algún hacer, de alguna   incomodidad, de alguna alegría…

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