Confieso que siembro palabras
que busco secretos lugares
dónde plantarlas
qué las riego
que algunas nacieron
de soledad y esperanza
a veces espero
tres, seis, diez años
en desnudar su alma
unas brotan con cien ramas
otras se secan
de tanta ilusión acumulada
les hablo con sutiles movimientos
-antes de corporizarlas-
a sabiendas de mis primitivas danzas
hoy sus frutos me alimentan
me alegran la mirada
sus aromas me acompañan
a la sombra del árbol
sus leyes me parecen claras
placentera y dolorosa es la garganta
a mi nómades destinos
siempre llevo mis manos verdes:
esa cosecha de palabras
viernes, 16 de septiembre de 2011
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