jueves, 27 de enero de 2011

Los Dos Sillones Heredados.

A la memoria de Liria Clara Ida

yo no llevo flores
ni dejo piedras en tus mármoles
sólo acepto que me lleguen
los recuerdos cuando el viento sopla



desde el trono contemplabas
-casi meditando-
la mesa grande de tus ñoquis
paladeando anticipado los afectos,
ese anhelo de juntarnos,
extraña alquimia de tus ollas
que se niega a ensayar
el secreto de tus fórmulas,
los papeles se tornan amarillos y ocres
más hay un sabor definido en mi memoria,
las comidas humeantes y generosas
-y mi lengua que a veces calla-
siente las charlas
en aquellos dos sillones
que uno a otro ensayaban sus sermones
en el mate de las tardes,
vuelven a mi el lugar de tus reposos
tal vez para enseñarme
los años de los tejidos que enhebraste ,
lecturas, esperas, horizontes…
hoy me siento , los junto, los separo, los acerco, los distancio
y recuerdo a dos adultos que se cuentan sus historias, sus amores y cansancios
y a pesar que lo divulgo, me quedo en secreto
en la propiocepción de esta emoción
¿quizás sus apoyabrazos extrañen tus rosarios?

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